Ayúdame a entrar en el santo lugar de tu presencia.

planeaste,

preparaste,

¡Cuánto pensaste para que yo pueda entrar!

proveíste,

penaste,

pagaste.

Soy producto del dolor de tu alma.

¡Me pusiste en tu plan y propósito eterno!

¿Qué tengo que pagar yo para poseer toda la riqueza,

 la gloria presente y eterna, que has preparado para mí?

Tengo que vivir en santidad, y perfeccionarla en temor a

tu persona. Tu eres Santo y has

 provisto infinitamente todo para que yo sea como tú.

En el Calvario, trocaste tu vida por la mía.

Debo ir perfeccionándola en reverente temor a ti.

Tengo que vivir en justicia, servir y no procurar ser servido

Dar, aunque no reciba,

Amar, aunque no me amen,

Bendecir, aunque me maldigan,

Dar, aunque no me agradezcan.

El Padre me ha comprado, por el precio del Hijo Amado, con

toda su persona, su gloria, su honor, sus riquezas, su

voluntad, su sacrificio y su dolor infinito

por su sangre derramada para limpiar mis pecados,

él me ha hecho posesión suya,

ahora y para siempre.

 Su propósito está lleno de amor.

Para comprarme vació el

 cielo, su trono y el inmenso amor de su corazón.

Se cubrió de dolor por comprarme.

Su propósito es

Poseerme,

Llenarme de toda su bendición y

riquezas eternas en Cristo Jesús.