Jesús, perfecto, sin pecado,  y creador de todas las cosas, pasó su vida en perfecta comunión con el Padre. Un viaje a través de distintas instancias en la vida de Jesús en las que se retiró a orar nos muestran nuestra necesidad de priorizar sobre todo la comunión con Dios en la obra.  San Miguel, Junio 2012.
Suguiendo las pisadas de Cristo